lunes, 28 de junio de 2010

PH


" ¿Para qué, renunciar, si vos sos lo mío todo el tiempo?
Yo te quiero y yo te pertenezco." (Fernando Cabrera)



Terca tu presencia.
Le digo que se vaya y sigue,
andando, por mi corazón.
Parece que todavía queda espacio ahí,
en mi corazón.
Me contaron que tiene un Ph en alquiler.
A vos, te lo deja barato seguro.
Hasta te dejaría vivir gratis si te gustara.
Tiene mucha luz. Y una terraza con un montón de sol.
Allí vos podrías dormir la siesta, y yo te podría acompañar.
Es que ahora casi no nos vemos y mi corazón,
anda con deudas,
que el gas,
que el agua,
que el teléfono.
Y encima, terca, tu presencia.
Preguntále sino, qué hacía en el partido Argentina-México.
Conmigo estaba. Conmigo estabas.
Conmigo estás.
Estoy cansada de pensarte tanto.
Aflojá, dale.
O al menos dame una señal.
Señame el corazón.
Sin garantía te alquilo.
No te preocupes.
Sin recibo de sueldo.
Sin depósito.

Yo, te dejo entrar.

sábado, 19 de junio de 2010

Injusticias


"El problema, señor, sigue siendo sembrar
amor" (Silvio Rodriguez)

Esta es la calle donde vivo. La calle sarandí. Sobre esta calle, mi calle, hay un hombre que duerme con un perro negro.
El perro tiene un collar rojo y siempre está contento.
A la noche se hace un ovillito oscuro arremolinado entre las frazadas.
El hombre tiene cara de enojado y de triste y una melena enorme de rulos. A la noche, se hace un ovillito oscuro entre las frazadas.
Pero no creas que el mundo le da alguna importancia a estas pequeñeces.
¿Te digo cómo son las noches en Buenos Aires?
Un montón de orugas en las calles frías.
Hombres y mujeres envueltos en mantas a cuadros o lisas o rayadas. Totalmente cubiertos.
Cadáveres. Cuerpos sin rostro que el viento golpea y la lluvia abraza.
Orugas. Orugas que no despertarán a la mañana en una linda casa.
Orugas que descansan desde tempranito para zafar de la ciudad o de la vida...
Pero, hablando de otras cosas y de las mismas cosas, muchas veces ceno sola.
Vos también, seguro, en Villa Crespo cenarás solo.
Si al menos uniéramos nuestras soledades todo sería mucho más justo.
Es tan sencillo solucionar lo complicado.
Pero ya ves. La injusticia se encarga hasta del más mínimo asunto.
Le han dado la medalla de empleada del mes.
Le han aumentado el sueldo.
Y ¿quién va a pararla así? ¿Quién la para así?
¿Qué le va a importar un corazón como el tuyo?
¿Qué le va a importar un corazón como el mío?
Se ha comprado, la muy nerviosa, un escobillón que barre toda la esperanza.
Y bien limpita anda la ciudad últimamente.
La injusticia es una workaddict, o algo así, le dicen ahora.
Que haga un test en la revista cosmo a ver qué le sale.
Es una lástima.
Que no gaste su energía en otra cosa.
Pero volviendo al tema, a veces, los caramelos se derriten en el frasco.
Se hacen una bola pringosa, pegotosa, colorinche, intocable.
Se vuelven un uno indestructible porque nadie los come.
Ojalá estuvieran en donde alguien los comiera,
y se llenara de dulce alguna carita sucia,
pero, como te dije,
la injusticia se encarga hasta del más mínimo asunto.
Odio la bola pegajosa de caramelos que nadie quiso.
Odio saber que alguien en algún otro sitio los hubiera amado.
Odio saber que estás comiendo solo y que yo como sola.
Odio saber que podríamos estar juntos y no estamos.
Odio ese perro negro contento y su dueño triste.
Odio tener una cama de más, un cuarto cerrado.
Odio que se tenga lo que no se necesite.
Pero no creas, mi amor, que el mundo le da alguna importancia a estas pequeñeces.
El mundo anda mirando los partidos de fútbol por la tele.
Y mejor no hagas ruido,
porque se enoja.

domingo, 13 de junio de 2010

Hay un pedazo de cielo en esta página (Para El Gato)


"Hay un pedazo de cielo en esta tarta." (Joan Aiken)

Puse un pedazo de cielo en esta página. Un poco me costó acomodarlo. Subí al techo con la podadora. Corté el pedacito más lindo, lleno de celeste y de ternura y me lo guardé.
Tampoco me fue fácil encontrar el programa necesario. Imaginate. Un domingo en Concordia y encima con humedad! Pero un técnico amigo me solucionó el problema. Me dijo que tome el cielo por las astas, que apriete tal o cual botón, y así, despacito, así, puse un pedazo de cielo en ésta página.
Pero lo puse porque estabas triste. Porque te andan tironeando y no podés aflojar. Sabés? No aflojés mi compañero. Subite al cielito éste que preparé para vos y dejate llevar.
Y si te duelen las piernas, estiralas. Y si te duele el alma, hacela llorar. Convidale un vinito tibiecito. Dale una sopa La Reina, ésa de queso para mojar el pan. Leele una canción, cantale un poema, uno que diga oíste corazón? nos vamos! Con la derrota a otra parte...vos leele. Leele.
Y si la pena te anda honda, dibujá. ¿Sabías lo bien que hace dibujar? Usá lindos colores. Verde. Azul. Acuarelas. Recortá. Pegá. Es la mejor terapia, dibujar. O ponete a regar una planta. O acariciá un perro de esos viejos y huesudos que andan en la ciudad.
Es que es más fácil andar queriendo siempre. Es más fácil así.
En un rato te encuentro! Cuando el cielo que puse se vuelva oscuro y plateado y sin sol y arda la música que te permita descansar.