miércoles, 15 de diciembre de 2010

Haber


"Si ustedes lo permiten
prefiero seguir viviendo.
Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar..." (Paco Urondo)

(una amiga ayer se recibió de contadora y
entonces me entusiasmé.
con el debe
con el haber...)


tengo.
tengo un techo que me abriga por las noches
que me proteje de la lluvia y del sol
tengo personas que me llaman a diario
para compartir una palabra
o una canción

tengo
un hijo que me quiere y me juega y me abraza

tengo
los mejores recuerdos del mundo
fotos bonitas metidas en los libros
que también tengo llenos de poesía y de mundos
ajenos pero también
míos.

tengo.
tengo un viaje en puerta y una fiesta el sábado.
un gato que depende de mí
de mi cariño del alimento que le compro del agua que le doy


tengo.
un portero recontra macanudo
y un diariero que me fía

una enorme y hermosa ciudad para andar y para vivir
y una pequeña que me recibe cada tanto

tengo.
una persona especial que extraño y que quiero y que me quiere.
una cerveza en el freezer.
los amigos más maravillosos de la tierra.

tengo.
un río uruguay que me echa de menos
un perro grandote y negro y lleno de cariño
un montón de música
una familia generosa y linda

una flauta
una guitarra
cartas
dedicatorias en las portadas de los libros
el mate siempre listo
un balcón lleno de viento
y de alegría

tengo tengo tengo

vengo sumando personas a mi vida
todas son necesarias
e imprescindibles
todas son gigantes y multicolores
y me hacen reir
(o llorar cuando es preciso)

tengo miles de historias para contar
y otras miles para que me cuenten

hice un inventario
y tengo tengo tengo
nada debo o casi nada..

no puedo quejarme
no debo quejarme


(he aprendido a agradecer.)

sábado, 11 de diciembre de 2010

Cuestiones del tiempo


Las cosas que yo recuerdo
¿me recordarán?

las cosas que extraño
¿me extrañarán?


Cuándo es.
Cuándo deja de ser
recíproco
el cariño....


¿por qué he olvidado gente
que todavía me recuerda?
¿por qué recuerdo gente
que se ha olvidado de mí?


De qué depende.
De qué hilo tan frágil
pende la permanencia de uno en el otro.
La permanencia del corazón de uno
en el corazón del otro...

El jardín de mi abuela...
¿tendrá ganas de verme?

Mi perro de Concordia
¿me extrañará?


¿Todas estas son cuestiones
del tiempo?
¿Sólo le atañen al tiempo?
¿Sólo las decide/las soluciona el tiempo?



¿Y el amor? El amor que tuvimos
¿nos recordará?
¿Seremos una anécdota bonita
en su memoria?

Y la gente que se fue
¿pensará en nosotros?
Y la casa donde vivimos hace años
¿conservará algo de mí?
¿conservará algo de vos?
Y las personas que quiero
¿siempre me querrán así?

Y el vino que me gusta
¿gustará de mí?
¿el sabor de mi boca recordará?

¿Y vos?
¿Gustarás de mí?
¿Algún gesto mío te llevarás?



¿Cuándo es?
¿Cuándo deja de ser?
Recíproco...
El cariño..

¿Cuándo es?
¿Cuándo la vida?
(el sabor de la vida)
¿Cuándo la vida deja de ser
recíproca?

Cuándo es.
Cuándo deja de ser.
Mutuo.
El amor.
De los dos.
El amor...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La felicidad una tarde de noviembre




De a ratos se viene
entera
la felicidad.

Te dice que la lleves con vos.
Que cuánto sale el boleto, que ella puede pagarlo.


Y vos mirás para todos lados.
Te da verguenza.
Que te vean con ella.
Qué van a decir los demás que andan tan tristes.


Qué van a decir los que abrazan a la pena que es más alta y más linda.


Qué van a decir de vos que te conformás con tan poco.
Qué no pensás en lo efimero que es todo.
Qué no te preguntás por el porvenir.

Qué van a decir cuando la vean.
La pobre felicidad tocando el timbre de tu casa con las ojotas
gastadas.
Con pan dulce y con mate.
Con canasta de mimbre.

Qué va a pensar el portero.
De dónde salió esta mujer tan rara.
Con un vestido de flores.
Con un sombrero de paja.

Qué van a decir los que te vean con ella.
La pena es tan elegante. La tristeza es tan hermosa.
En cambio ella. Ella es tan poco discreta.
Le pinta los labios de rojo a tu sonrisa.
Le agrega un paso de baile a tu caminar.

Qué van a pensar los que te crucen por Venezuela.
Qué tipa tan excéntrica van a decir.
Quiere llamar la atención.

Pero es sólo de a ratos.
Son sólo algunos días que viene entera
la felicidad.
Para ir a pasear por la ciudad con vos.

Y cómo vas a decirle que no a tamaña cosa.
Cómo vas a dejar plantado tamaño corazón...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Carpetitas blancas



Se llaman carpetitas creo. Carpetitas blancas son. Ahí se apoya la pava para el mate cuando está bien caliente y así no se quema la madera de la mesa. Porque la mesa es siempre de madera y la pava es verde. Siempre es verde. Y alrededor de la carpetita blanca yo tomo mate.
Es la siesta en Buenos Aires. Siesta de sábado. Y aunque la mañana arrancó bastante alegre, con música de Compay y tostadas con dulce de leche. La siesta se puso triste. Y no te creas que no hay sol. O que hace frío. No, nada que ver. Es una tarde ideal para caminar hasta el parque Lezama y tomar una cerveza tirados en el pasto. Pero ya ves. El clima casi nunca tiene algo que ver con el estado de ánimo. Eso lo han inventado. La pobre lluvia siempre tiene que hacerse cargo de nuestras penas. Dejémonos de echar culpas y hagámonos cargo. Hagámonos cargo de nuestro corazón. Aunque sea duro tener un corazón así. Eufórico a veces. Y tan triste tantas otras. Tan triste casi siempre.

Se llaman carpetitas creo. Las veo e imagino el patio de la casa de mi abuela. O de cualquier abuela con patio. Con limonero. Con perro. Mi abuela no tomaba mate. Pero la carpetita blanca que vi caminando por Congreso y que algo me urgió a comprar tenía sabor a abuela. Y yo quería un poco de sabor a abuela en mi casa. Sobre todo hoy que ando tan triste. Quiero un poco de abuela en mi casa. De perros. De árboles. De dulce de guayaba. De jugada a la escondida. De torta Marmolada. De cena navideña. De pollo a la provenzal. De piano sonando. Todo eso se traía encima la carpetita blanca. Todo eso con su pava encima humeante. Es tan fácil andar en el aire. La memoria te cobra tan barato el pasaje. Nada de Lan. Nada de puntos de ahorro. Nada de vértigo. Es tan fácil. Una carpetita blanca de $2 llegando a Venezuela y estuve de pronto íntegra, entera, el corazón todo, en la casa de mi abuela en Concordia, con Marta cebándome unos mates, debajo del gomero...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Somos así

"Iba la felicidad
a cuatro remos volando
en el cielo del río
hacia el fondo de la tarde." (J. L. Ortiz)


Nosotros
los del río
somos así...
Extraña nuestra escamada
consistencia
paciente nuestra manera de
decir
bonito nuestro arrullo
palabrero.
Qué más.
(los del litoral somos así)
De agua y de yerba
nuestros huesos.
De cielo espejado en las orillas
de biguá atolondrado
entre las nubes.
De corazón llenito de humedá.
Que más da.
Somos así.
Orgullosos de nuestra forma de sentir.
Felices de nuestra forma de mirar.

martes, 2 de noviembre de 2010

"y si tu lo quieres te voy a tejer
un camino blanco para andar por él..." (Ricardo Fontana)

anda en el aire
algo
un pedacito de magia para vivir

anda
anda

lo que pasa, ce
es que no tenés un lugar para poner
toda tu pasión

anda en el aire un motivo para vivir


lo que pasa, ce
es que te falta algo que te dé un empujón

anda anda anda en el aire
una razón de sobra para existir

una especie de corazón
anda

como partícula de panadero
anda cada vez que te aparecés con esa sonrisa
y preparás el mate
y hablás del amor
anda
se queda sentada en la baranda del balcón

pienso que puede caerse pero vuela
la alegría vuela
la ternura vuela
la poesía vuela

vuela el alma
vuela el corazón
lo que pasa, ce, que andamos ocupados
en otros asuntos
en otros progresos
en otras osadías
más importantes que la vida

pero te escucho, mujer, muchacha,
anda en el aire todo lo que necesitamos
para seguir.

anda andando
como mis ganas de partir...

lunes, 25 de octubre de 2010

Lunes

"y tu recuerdo, permanecido
me está diciendo, me está diciendo
que no hay olvido..." (Alfredo Zitarrosa)

lindo lunes para escribir
una canción de amor
a todo lo que anda...
a todo lo que vuela y camina...
a las pequeñas cosas que dejaste...
a las pequeñas cosas que quedaron...
lindo lunes de sol en el balcón
nada se está quedando quieto
todo se eleva en el aire y baila
yo sé que baila
canta canciones de zitarrosa
revuelve las nubes
con sus manos blancas...
todo hace una revolución
tranquila
para que la escuche la vecina con
su palangana roja
el senegalés que vende relojes de oro
el portero que barre la hoja que vuelve...
lindo lunes de matecito en mano
de libro de poesía manchado con vino
de regadera celeste
y de nostalgia
lindo lunes pá echarte de menos, corazón
pá cantar una cancioncita de amor
y que la escuches lejana, apenas,
como un rumor...

lunes, 18 de octubre de 2010

Mientras tanto



mientras hacemos otras cosas
no dejés que esto se nos derrumbe.


mientras andamos en el intento de
la alegría
y del amor
y de la canción
no permitas que se nos muera
lo que ya hicimos

digo la risa que inventamos a diario
la ternura
que nació en las ventanas
las palabras que hicimos de nosotros

mientras usamos el tiempo
para estar separados haciendo
un poco de todas las cosas
que nos conforman
y abrazan

no dejés
que esto se nos derrumbe
que no se nos vaya quedando solo
ni triste ni vacío
lo que ya hicimos
que se haga vuelo de la memoria

que se haga brisa
y como un chamamecito dulce
te la canto al oído


mientras tejemos más redes
en el aire
no permitás que se nos caiga
lo que hicimos
(esa pequeña vida secreta)

mientras pintamos el mundo
o le retocamos la tintura

mejor pensemos en el porvenir

o sigamos soplando
como por
venir...
"lento
viene el futuro
con sus lunes y marzos
con sus puños y ojeras y propuestas
lento y no obstante raudo
como una estrella pobre
sin nombre todavía
convaleciente y lento
remordido
soberbio
modestísimo
ese experto futuro que inventamos
nosotros
y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar." Mario Benedetti

jueves, 23 de septiembre de 2010

Primavera



Conozco tanta gente maravillosa.
Tanta gente de colores múltiples.
Ellos son la primavera

todo el año.

Ellos se ponen la brisa al hombro
y salen conmigo
y cuando llueve mucho
despliegan una capa para protegerme
y cuando hace calor
preparan clericó en el balcón
y cuando estoy triste
vienen a visitarme
y traen chocolate
y dan de comer al gato
y a mi corazón.


Conozco gente tan maravillosa
tanta gente hermosa
de alma tan inmensa

Ellos son la primavera
todo el año.

Ellos conspiran para que el mundo
ande.
Ellos ponen en el cielo cada estrella.
Distribuyen las nubes una por una.
Reparten ternura en cada esquina.
No se preguntan cómo ni cuándo ni por qué.
No analizan la poesía.
No juzgan a nadie.
No piden a cambio más que un matecito,
un abrazo, un beso,
una carta breve

de vez en cuando.

martes, 14 de septiembre de 2010

Un encuentro con el Juan

"En la cara que tiembla en
la tristeza de la poesía hay
el deseo de que sea feliz,
ella.
¿Qué otra felicidad importa?"

Juan Gelman
Pablo me cuenta
que se encontró con el Juan
en el supermercado.
Y que el viejo lindo le propuso
que se fueran rápido y felices
sin pagar.

Que hablaran de poesía le dijo
Que la poesía debe ser hecha por todos
y no por uno.
Le dijo.

Como el supermercado
de todos.
El vino
de todos y para todos.

No de uno.

Pablo me contó
que el Juan no se quejaba
ni de las humedades ni del frío
que el abrazo puede le dijo
y que el vino puede le dijo
puede contra las cosas más diversas.


(aún aquellas contra las que ni el corazón puede.
el amor, el olvido, la distancia, la canción,

la tristeza
por ejemplo)


jueves, 2 de septiembre de 2010

Lo nuevo

Para cuando nos mudemos,
Genaro,
te voy a comprar un collar nuevo.
Un sobrecito de whiskas de lujo.
Un lindo plato.
Vamos a tomar un vino, Genaro.
A cocinar rico.
A contar estrellas por el extraño balcón.
Porque nada que empiece, gatito, nada,
puede ser malo.
Nada que se tome la molestia de nacer
en este mundo,
puede hacernos daño.

jueves, 26 de agosto de 2010

Casa Rodante

Yo te dije
a la casa rodante le podemos
poner alas y plumas.
Le podemos
poner un dispenser
de chocolate en rama
un expendedor de latas
de cerveza.
Le podemos pintar
de verde las ventanas
me gusta el verde
me gustan las ventanas.
Nos puede comandar una
golondrina
ellas saben más de las partidas
de los partires
de las despedidas.
A la casa rodante
le podemos poner nombre
Como el Dragón de Cortázar
la nuestra puede llamarse Ana
es un lindo nombre para una casa
moviente, móvil, mutante.
Yo te dije
las ruedas se inflan en contacto con el agua
flota
vuela
anda
se sumerge.
Nuestra pequeña casa andante.
La vamos a llenar de perros y de peces
de flores y de pastos
de piedras y de ríos.
De mañanitas juntos.
De nochecitas tibias.
Le escribimos afuera
un poema
brevísimo. Bonito.
Para que lo lean los que no creen
en lo que no pueden ver.
Los que no confían todavía.
Los que no abrazan ni besan.
Para que lo lean
cuando nos vayamos.
Viajantes del aire.
En la inmensidad del porvenir.
En la seguridad
del desconcierto.

martes, 17 de agosto de 2010

vos seguí creyendo en la poesía


Yo te digo, mi amor
aunque te emborrachés a diario
y putees contra el clima.
Vos creé en la poesía.
Aunque manejes muy rápido
la bicicleta
y putees contra el tránsito amujerado.
Vos creé en la poesía.
Aunque te pelees en los bares
y pidas rebaja en la cerveza
y lastimes a unos cuantos cada vez que hablás.
Y odies la vida como está.
Vos creé en la poesía.

Porque cuando todo explota.
Ella te salva.
Cuanda nada amaina y lo triste perdura
terco e hiriente
ella te salva.
Ella puede. Ella sí que puede
contra la muerte y la pena
la intolerancia,y la impaciencia
la violencia,y la desesperación.

Ella insiste
en el porvenir.

Ella sí que puede.

Siempre te alcanza el vaso de agua cuando la tos
no te deja dormir.
El té con canela
cuando el desarraigo no te deja descansar.
La toalla
cuando salís de bañarte
el fósforo
cuando vas a fumar.

Yo te digo, mi amor,
aunque te pesen todas las cosas del mundo,
como a mí,
y aunque te pese el mundo.
Vos seguí creyendo en la poesía.
En ella vive, la linda, la posible, la hermosa

la revolución.

jueves, 12 de agosto de 2010

La grieta (Para Ira, un poema que le debo)

Hay una grieta en el baño por donde aparecés
todos los días/ cada día
venís
con tu delicada ternura y me decís
qué frio hace en la ciudad
o qué silenciosa está hoy buenos aires
o por qué no vamos a ver la de capusoto.

Hay una grieta
(en el baño)
por donde aparecés.
Al gato le resulta terriblemente sospechosa
y mira a través de ella y ve
tu país con calor y con sol
y con otro gato que a miles de kilómetros mira a través
y ve
mi país
con frío y con nubes.

A la grieta, cada noche, le nace una flor
alrededor.
Un árbol verde de limón.
Un arcoiris.
Algunos pájaros la cruzan
para cansarse menos en los vuelos del exilio
y vos
vos también la cruzás
todos los días/ cada día
para descansar el corazón,
mitigar la distancia,
quererme mejor.

martes, 10 de agosto de 2010

Saudade

Lo que pasa cielito, cielecito, es que la gente se cansa. De todo se cansa. De los días de sol y de los días de lluvia. Del frío que no te deja andar en paz, y del calor, que no te deja andar en paz. Del color de las paredes de las casas, del vino, del odio, del amor. La gente se cansa.

Anda con quejas, la gente. Un pequeño dolor acá, otro más grande por allá...
Pero por suerte, digo, por una de esos milagros indefinidos que tiene la vida, apareciste. Y apareciste cuando yo ya estaba cansada de las apariciones, de las personas bonitas, de la linda poesía. Apareciste así, de improviso, de golpe, como un golpe seco en la espalda que te hace ver las estrellas...

Y como viniste, te fuiste.
Como la tristeza.
El dolor de cabeza.
La crisis económica
(y emocional)

Viniste.
Con todo tu estandarte de ternura cual carroza de escuela de samba
y te fuiste
como los hits de la radio
la primavera
el colectivo 168
la negra sosa.

Viniste
y te fuiste.
Como el recuerdo de mi padre.
El gurisito que pide una moneda en el subte
El dinero
Los amigos
La lluvia. La desesperación. La alergia. La dictadura.

Viniste
Y te fuiste.

(Lo único que se queda siempre,
mi lindo amigo,
es esta pena
que tiene dificultades
para respirar
pero no muere jamás)

lunes, 2 de agosto de 2010

Panadero

Cuando venís y me decís que me decida.
Que me decida pronto
que hace frío
y nos están esperando en la puerta del cine.
Cuando te acercás,
despacito,
y me sugerís que me decida.
Que me decida pronto
que ya son más de las nueve y es
como si nevara
en Buenos Aires.
Ahí es cuando yo te contesto que no
puedo.
Que no puedo decidirme.
Que mi corazón es así.
Lo soplás un poquito y se deshace en el aire
como un panadero.
Que a mi corazón le encanta ser así.
Maltrecho. Despedazado. Descolorido.
Averiguando pasajes a todos los destinos posibles.
Repartido,
siempre,
repartido.
Dividido en miles de lugares y de amores y de gentes
y de personas...
No me exijas que me decida.
No me pidas fidelidad.
Porque mi corazón siempre fue así.
Lo soplás un poquito y se deshace
en el aire
como un panadero.

lunes, 12 de julio de 2010

Entraña

"Esta guitarra que toco, no olvida su entraña de árbol,
su raíz de chaco y de luna, florece cuando yo canto."
(Armando Tejada Gómez-Carlos Pino)
Entraña de árbol dice la canción. Y te/me recuerda. Y me/te recuerda.
Pero entraña de agua sos. Pedacito de río oscuro por donde ando.
Ando en vos como una pequeña canoa. Ando. Ando.
Y cuando el clima viene feo, me avisás. Y yo anclo la canoíta en cualquiera
de tus abrazos y estoy a salvo.
Vos me ponés a salvo el corazón, ya te lo he dicho mil veces.
Porque cuando hay sol entonces yo también brillo.
Y cuando los peces me pasan por debajo con sus escamas plateadas.
Yo también brillo.
Entraña.
Entraña de agua dulce sos. Entraña de agua oscura por donde ando.
Por donde andamos.
Entraña de agua dice mí canción. Para recordarte.
Siempre.

martes, 6 de julio de 2010

Utilidades


Las cosas que antes te resultaban
inútiles
ahora comprendés
que son para ganar tiempo
que allí reside toda su explicación.
Que antes
cuando el tiempo no te importaba
en lo más mínimo
no te explicabas cómo algunas cosas
se daban el lujo de existir.
Pero claro
ahora
que te involucraste con el sistema
notás que el secador de pelo
te permite ganar tiempo,
ese mismo tiempo que antes usabas
para leer con el pelo mojado,
sobre los hombros,
goteandoté.

lunes, 5 de julio de 2010

MP3


me bajaste
en mi computadora
la música que llevás
en tu mp3
te va a gustar, me dijiste.
y ahora,
cada vez que la escucho,
voy en el subte A a tu trabajo
con vos,
miro la plaza Congreso desde
la ventana de tu oficina,
regreso a tu casa cada noche,
entro y pateo tus libros,
corro tus discos,
subo la escalerita del ph en que vivís
y me acuesto al ladito tuyo.

jueves, 1 de julio de 2010

Alguien



Alguien,
de lejos,
me mandó un abrazo.
El abrazo, en el camino, se distrajo.
Me contó que el río,
desde arriba, es más lindo todavía.
Me contó que los puentes, desde arriba, son lanitas
blancas, para jugar con las manos.
Y que los edificios, de noche, son lucecitas amarillas
como pequeños soles.
Me contó el abrazo, que la esperanza, muchas veces se
puede tocar de tan visible.
(Alguien, de lejos, me mandó un abrazo)
Y el abrazo se vino.
Me contó que la distancia no es más que otra manera
de ocupar el aire.
Que la distancia no es más que una excusa para
que el corazón funcione,
siga andando,
se ocupe de extrañar,
revolucione.

lunes, 28 de junio de 2010

PH


" ¿Para qué, renunciar, si vos sos lo mío todo el tiempo?
Yo te quiero y yo te pertenezco." (Fernando Cabrera)



Terca tu presencia.
Le digo que se vaya y sigue,
andando, por mi corazón.
Parece que todavía queda espacio ahí,
en mi corazón.
Me contaron que tiene un Ph en alquiler.
A vos, te lo deja barato seguro.
Hasta te dejaría vivir gratis si te gustara.
Tiene mucha luz. Y una terraza con un montón de sol.
Allí vos podrías dormir la siesta, y yo te podría acompañar.
Es que ahora casi no nos vemos y mi corazón,
anda con deudas,
que el gas,
que el agua,
que el teléfono.
Y encima, terca, tu presencia.
Preguntále sino, qué hacía en el partido Argentina-México.
Conmigo estaba. Conmigo estabas.
Conmigo estás.
Estoy cansada de pensarte tanto.
Aflojá, dale.
O al menos dame una señal.
Señame el corazón.
Sin garantía te alquilo.
No te preocupes.
Sin recibo de sueldo.
Sin depósito.

Yo, te dejo entrar.

sábado, 19 de junio de 2010

Injusticias


"El problema, señor, sigue siendo sembrar
amor" (Silvio Rodriguez)

Esta es la calle donde vivo. La calle sarandí. Sobre esta calle, mi calle, hay un hombre que duerme con un perro negro.
El perro tiene un collar rojo y siempre está contento.
A la noche se hace un ovillito oscuro arremolinado entre las frazadas.
El hombre tiene cara de enojado y de triste y una melena enorme de rulos. A la noche, se hace un ovillito oscuro entre las frazadas.
Pero no creas que el mundo le da alguna importancia a estas pequeñeces.
¿Te digo cómo son las noches en Buenos Aires?
Un montón de orugas en las calles frías.
Hombres y mujeres envueltos en mantas a cuadros o lisas o rayadas. Totalmente cubiertos.
Cadáveres. Cuerpos sin rostro que el viento golpea y la lluvia abraza.
Orugas. Orugas que no despertarán a la mañana en una linda casa.
Orugas que descansan desde tempranito para zafar de la ciudad o de la vida...
Pero, hablando de otras cosas y de las mismas cosas, muchas veces ceno sola.
Vos también, seguro, en Villa Crespo cenarás solo.
Si al menos uniéramos nuestras soledades todo sería mucho más justo.
Es tan sencillo solucionar lo complicado.
Pero ya ves. La injusticia se encarga hasta del más mínimo asunto.
Le han dado la medalla de empleada del mes.
Le han aumentado el sueldo.
Y ¿quién va a pararla así? ¿Quién la para así?
¿Qué le va a importar un corazón como el tuyo?
¿Qué le va a importar un corazón como el mío?
Se ha comprado, la muy nerviosa, un escobillón que barre toda la esperanza.
Y bien limpita anda la ciudad últimamente.
La injusticia es una workaddict, o algo así, le dicen ahora.
Que haga un test en la revista cosmo a ver qué le sale.
Es una lástima.
Que no gaste su energía en otra cosa.
Pero volviendo al tema, a veces, los caramelos se derriten en el frasco.
Se hacen una bola pringosa, pegotosa, colorinche, intocable.
Se vuelven un uno indestructible porque nadie los come.
Ojalá estuvieran en donde alguien los comiera,
y se llenara de dulce alguna carita sucia,
pero, como te dije,
la injusticia se encarga hasta del más mínimo asunto.
Odio la bola pegajosa de caramelos que nadie quiso.
Odio saber que alguien en algún otro sitio los hubiera amado.
Odio saber que estás comiendo solo y que yo como sola.
Odio saber que podríamos estar juntos y no estamos.
Odio ese perro negro contento y su dueño triste.
Odio tener una cama de más, un cuarto cerrado.
Odio que se tenga lo que no se necesite.
Pero no creas, mi amor, que el mundo le da alguna importancia a estas pequeñeces.
El mundo anda mirando los partidos de fútbol por la tele.
Y mejor no hagas ruido,
porque se enoja.

domingo, 13 de junio de 2010

Hay un pedazo de cielo en esta página (Para El Gato)


"Hay un pedazo de cielo en esta tarta." (Joan Aiken)

Puse un pedazo de cielo en esta página. Un poco me costó acomodarlo. Subí al techo con la podadora. Corté el pedacito más lindo, lleno de celeste y de ternura y me lo guardé.
Tampoco me fue fácil encontrar el programa necesario. Imaginate. Un domingo en Concordia y encima con humedad! Pero un técnico amigo me solucionó el problema. Me dijo que tome el cielo por las astas, que apriete tal o cual botón, y así, despacito, así, puse un pedazo de cielo en ésta página.
Pero lo puse porque estabas triste. Porque te andan tironeando y no podés aflojar. Sabés? No aflojés mi compañero. Subite al cielito éste que preparé para vos y dejate llevar.
Y si te duelen las piernas, estiralas. Y si te duele el alma, hacela llorar. Convidale un vinito tibiecito. Dale una sopa La Reina, ésa de queso para mojar el pan. Leele una canción, cantale un poema, uno que diga oíste corazón? nos vamos! Con la derrota a otra parte...vos leele. Leele.
Y si la pena te anda honda, dibujá. ¿Sabías lo bien que hace dibujar? Usá lindos colores. Verde. Azul. Acuarelas. Recortá. Pegá. Es la mejor terapia, dibujar. O ponete a regar una planta. O acariciá un perro de esos viejos y huesudos que andan en la ciudad.
Es que es más fácil andar queriendo siempre. Es más fácil así.
En un rato te encuentro! Cuando el cielo que puse se vuelva oscuro y plateado y sin sol y arda la música que te permita descansar.

lunes, 31 de mayo de 2010

Un corazón (como cualquier otro)



Era sábado a la noche y habíamos decidido quedarnos en casa.

Afuera Buenos Aires llovía como una loca, y el mejor programa era un té con canela humeante en la mesa de la cocina y la lluvia golpeando el techo de zinc. Te sentaste en la silla pintada de rojo, agregaste azúcar y el bullicio del agua apenas me dejaba escucharte.

Nos debemos estar poniendo viejos me dijiste.

Te contesté que no. Que yo no me estaba poniendo vieja. Que el que está envejeciendo prematuramente es mi corazón.

Miralo. Te dije. Debe andar por allá...

Agarramos las tazas tan calientes con la mano entera y caminamos hasta el living y lo vimos ahí.

Mi pobre corazón se había alquilado cinco temporadas de una serie yanqui y ahí estaba. Con los ojos rojos de tanto aguantar el sueño. Despatarrado en el sofá.

¿Qué hacen chusmeando desde la puerta? ¿No tienen otra cosa que hacer? Nos gritó enojadísimo.


(Te digo. Que mi corazón ahora se las tira de amo de casa. Me espera con la comida lista. Lava la ropa. Pasa procenex en el balcón. Mira el cielo largas horas mientras riega las plantas.)


Volvemos a la cocina. Comemos una galleta de avena y manzana y me decís.

-Cosa seria, esto de tu corazón. ¿Hace cuánto que está así?-

- Y no sé- te contesto. -Hará una semana, o dos-


Suena el teléfono.

Mi corazón pega un grito que retumba en toda la casa: "¡¡¡No estoy para nadie!!"


Se ha puesto haragán como ninguno. Y malhumorado.

Cada día se baña menos.

Casi no sale de noche.


Pero ese día era sábado y Buenos Aires llovía como una loca. Y encima hacía un frío que no se podía andar en la calle. Y nos sentamos en la cocina con un té con canela humeante y entonces me dijiste:


-Nos debemos estar poniendo viejos, ce-

jueves, 20 de mayo de 2010

Alquileres


Los que lleguen después, cuando nos vayamos de acá, ¿qué sabrán de nosotros? ¿Qué sabrán de lo que esta casa fue?
No sabrán nunca del amor que tuvimos.
De las noches de vino y de guiso y de música.
De los valsecitos de Me darás mil hijos abrazados en el living de derecha a izquierda, de izquierda a derecha...
De tu violenta locura que me hizo odiarte.
No sabrán.
Del espíritu de la vieja que me visitó un viernes.
De las conversaciones eternas. De los fríos que pasamos. Los calores.
De Eduardo Mateo. De la gigantografía de Gelman. De la postal de Ibiza con el hombre en zunga.
De las reuniones festivas las fechas patrias.
De los reencuentros. De los besos. De los abrazos.
De tu insistente e inútil tocada de portero hasta la madrugada.
De aquel que vino de colado a mi cumpleaños y tocaba la flauta horriblemente y tan contento.
De los autos copulando sobre Belgrano.
De las explosiones del calefón y las nudistas carreras.
Del vecino Matías y sus boyfriend cookies y su salida del closet en reunion de consorcio.
De tanta poesía nunca sabrán.
De perra del monte de las perras. Del labrador aquel que te despertó de una lamida.
Del mes que vivió papá antes de partir.
(Los que alquilen ahora, nunca sabrán)
De las comidas vegetarianas con el Juanchi.
De la ensalada improvisada de la casa.
De Antú y Valentino y su strike de pororó.
De tanta película, tanto libro,
tanto, tanto, tanto cariño nunca sabrán.
De la historia del salerito.
De nada. Nunca sabrán. Como yo, adonde vaya, nunca sabré.
Harán una nueva vida en esta casa. La vivirán.
Y la casa volverá a ser múltiple, abierta, inabarcable,
como mi corazón.





"El desconocido" (Pablo Neruda)

Quiero medir lo mucho que no sé
y es así como llego
sin rumbo, toco y abren, entro y miro
los retratos de ayer en las paredes,
el comedor de la mujer y el hombre,
los sillones, las camas, los saleros,
sólo entonces comprendo
que allí no me conocen.
Salgo y no sé qué calles voy pisando,
ni cuántos hombres devoró esta calle,
cuántas pobres mujeres incitantes,
trabajadores de diversa raza
de emolumentos insatisfactorios.

jueves, 13 de mayo de 2010

Avellaneda


(Conozco pocas personas en el mundo como Nico. Personitas hermosas que viven en una completa burbuja. A veces tienen un atisbo de realidad, pero les duele, y entonces prefieren seguir andando en la poesía. Ojalá hubiera más. Hacen demasiada falta.)
Hoy me pasaste a buscar tempranísimo por casa. Plena hora pico de tránsito en el centro porteño. No pudiste estacionar el Celestín y lo metiste en el telo de al lado. Cuando salimos pensaste que la gente nos envidiaría por eso. Todos marchando a trabajar de madrugada y nosotros saliendo de ahí, a esas horas,en las miradas ajenas seríamos felices.
Tomamos la autopista para Avellaneda, llenos de papeles, rumbo a las juntas educativas, sin mates, y encima sin sol, jueves, el largo día jueves como diría Neruda...
Cruzamos el riachuelo, oficinas de miles de colores, hasta la calle Zeballos que serpentea como ninguna. Cómo se mueve y baila esa callecita. Tuvimos que tomar tantas veces la Avenida Mitre para que nos digan que hoy no había atención al público. O tuvimos que tomar tantas veces la Avenida Mitre para ver a esa mujer tan joven toda arreglada y paqueta que metió el taco aguja en la esquina más sola de Avellaneda y se cayó de culo. Justo ahí. Justo en ése momento teníamos que estar nosotros dos, el auto celeste, la mañana...no podía ser otro día que hoy.
Si se pudieran hacer trámites todos los días del año menos hoy, hubiéramos ido hoy. Porque somos así. Vos manejando sin ver casi nada. Yo manipulando guías de transporte. Mientras una vieja cruza la calle a medio kilómetro por siglos y somos los únicos que la esperamos. Somos así.
Juntos no hacemos ni uno.
Lo mejor de la mañana fue encontrar las mejores medialunas del planeta en un café de Monserrat. En el café Monserrat precisamente. Ver la gente que se peleaba en la esquina y el policía sonriente y feliz con sus auriculares y su chaleco fluorescentemente naranja.
Lo mejor de la mañana fue salir a pasear con estas nubes.
Entre las nubes.
Exactamente así.
El mejor tiempo perdido del mundo, amigo mío.

lunes, 10 de mayo de 2010

Domingo

Una mañana de domingo
de invierno al sol.
Descalza.
En una reposera verde
con un perro gigante que
me acerca su cabeza para acariciar.
Una mañana helada
pero llena de sol
debajo del timbó
con el mate humeando,
el diario del domingo abierto
en mi falda,
el olor a lavanda,
el murmullo del río cerca.
Una mañana de
sol de
invierno
con un colibrí detrás mío,
una abeja,
el pasto verde alrededor
y un ovejero alemán que
me apoya su cabeza para que
la acaricie.
Una canción de Compay
que viene de la cocina en donde
el almuerzo está
comenzando a existir.
Un pájaro que mira
escondido entre las ramas
de los eucaliptos.
Un bicho bolita
acurrucado en la galería.
Un sorbo de agua caliente y
entre la yerba,
mojada,
la felicidad.

martes, 4 de mayo de 2010

Manguruyú



Algunas mañanas amanezco con forma de manguruyú.

Vos ya estás acostumbrado a estos cambios y me cargás en el auto dentro de una palangana y me llevás al río.

Todos los pescadores de enfrente a aeroparque te miran y no entienden. Nadie nunca nos entiende a los dos.

Te digo que a las siete me pases a buscar.

A veces hace frío y sé que acercarme hasta la costanera de madrugada es todo un acto de amor.

A veces hace calor y el amanecer al lado del susurro del agua es una linda canción.

Cuando entro en el río y beso el río, sé que te quedás mirando un largo rato para ver qué camino toma mi cuerpo escamado, pensando si regresaré.

Sé que te morís de miedo cuando la lascivia del pescador arroja su bonita carnada.

Algunas mañanas amanezco manguruyú.

Vos no entendés por qué me seguís queriendo pero igual me cuidás.

Yo nado todo el día en los alrededores de Buenos Aires hasta que venís por mí.

Subo al auto y vuelvo a ser persona, llena de problemas comunes y de cuentas por pagar, y de preocupaciones.

Pero miro tus manos que manejan tranquilas, tus ojos marrones, y confío, confío que el mundo,así como está, sigue valiendo la pena.

lunes, 26 de abril de 2010

Hace mal


"Dónde estés, si es que estás, si estás llegando, será una pena que no exista Dios.
Pero habrá otros, claro que habrá otros, dignos de recibirte..." (Mario Benedetti)
Hace mal que ya no andés por acá.
Que ya no pueda encontrarte en ningún café.
Hace mal, hace vacío, hace un hueco enorme en el alma.
No entiendo, debe ser que no entiendo cómo te fuiste así de golpe.
Adónde te fuiste así de golpe si el mundo es definitivamente un lugar cálido.
No es el mejor. Pero es lindo. Y acá nos encontramos y nos quisimos.
Hace mal que ya no andés por acá.
Que ya no vayamos al mar.
Que ya no nos podamos abrazar.
Andarás tomando agua de lluvia como dice Antú.
Quién te va a vender un cigarrillo, papá.
Qué libros vas a leer...
Con quién vas a conversar...

Hace tanta pena en la casa.
Hay tanta tristeza alrededor.
Hace mal que ya no andés por acá...

Habrás vuelto a Santa Fe.
Mirarás desde algún sitio que no puedo conocer.

Te voy a extrañar todos los días...
Hasta siempre, papá.

jueves, 15 de abril de 2010

Sueñero




En mis sueños abrías el bar con una llave maestra. Adentro, te ponías a cocinar panqueques de semillas.

En las mesas del bar, crecían árboles que tocaban el techo. Árboles con flores violetas como atardeceres.

La sartén en el fuego derretía el frío que hacía afuera en Buenos Aires. Pude ver que era la calle Solís, y que a media cuadra, a tan solo media cuadra de Solís y Venezuela pasaba el río.



En mis sueños tocabas bossa nova en la guitarra.

En una mesa estaba desayunando Jorge Latana con un traje rojo.

En las ventanas andaban volando pájaros de colores.



Tomábamos café de la misma taza.

La gran preocupación mundial que salía por la televisión era la extinción de la caña de azúcar, que sostenía el mundo.

Se venía una guerra o algo así.



En mis sueños me tenías de la mano todo el tiempo.

Y yo juraba que nunca iba a partir...

martes, 13 de abril de 2010

Los abrazos torpes


Los abrazos se vienen volando desde distintas partes del país.
Hacen un ruido tremendo cuando abren la celosía para entrar a la casa.
A veces esos sonidos que hacen los abrazos cuando llegan se parecen a una tormenta.
Es que vienen viajando kilómetros y kilómetros para llegar a Buenos Aires...


(Me dijiste que yo llegaba adónde estabas vos. Que mi abrazo llegaba. Que mi voz llegaba y te decía buenas noches cuando te ibas a la cama. Que te arreglaba las sábanas y la almohada)

A veces los abrazos se pelean por quién llega primero.
Y golpean las paredes de la casa.
El perro se asusta y ladra. La vecina se preocupa mucho y llama al 911.


( Me dijiste que te acompañaba a la mañana. Que en cualquier forma invisible te acompañaba al cerro y a la montaña y me sentías ahí...)


Los abrazos dicen que es puro cuento la distancia.
A veces me traen arena de tu playa.
Una flor de lavanda para que te huela al recordar.
Una pizca de pimienta de cayena.
Una piedra blanca del atardecer...


(y Me dijiste citando a Tabaré Cardozo..."estoy ahí, ya sé que no, pero yo estoy ahí"...)

lunes, 12 de abril de 2010

Dulzura distante


Debe haber algo especial que anda en el aire cada vez que empuñás tu guitarra.
Digo. Debe ser un fusil. Un atacante del amor que empuña su ternura, debés ser vos, Cabrera, con tu guitarra...
Me di cuenta en Morón el año pasado. Y me di cuenta este sábado que pasó en el anfiteatro del Bauen...
No sé en qué andás vos, lindo uruguayo. No sé cómo lográs esas cosas tan etéreas. De dónde las sacaste. Quién te las enseñó...
Cómo hacés para erizarme la piel de tal manera. Para dejarme llorar así. Para hacer que me suspenda en la atmósfera y te mire desde arriba y te salude.
Se parece a volar ir a escucharte. Te lo aseguro, lindo uruguayo. Anduve andando por las nubes del Bauen y todavía me cuesta bajar a tierra.
Es que es tan poco parecida a tu voz la voz de Buenos Aires, que no sé, a veces me gustaría que fuera muda...
Debe ser que te quiero, Fernando, debe ser que te quiero...

sábado, 3 de abril de 2010

Fiat 600




Anduvimos un rato largo hasta que decidimos qué camino tomar para llegar al río.
Vos te habías levantado indeciso y desencantado y el mundo te daba exactamente lo mismo.
Encima andabas azucareando el mate hasta el exceso y eso a veces me quita la paciencia.
Igual la estábamos pasando bien.
Vos recordabas en voz alta unos poemas de Boccanera y la selva en galería se perdía en los vidrios del fitito y de su ruido agobiante.
A lo lejos veíamos el río que aparecía y desaparecía. Como un vaivén el camino alzaba vuelo y aterrizaba. Y a nosotros ese vaivén incesante nos parecía de una ternura inaccesible.
Los alguaciles pululaban en el aire y vos me decías que manejara más despacio. Que no les juegue una carrera a esos bichos alados. Que me calmara un poco.
Pero yo apretaba el acelerador y el gruñido del fiat se mezclada a tu voz, al aleteo alguacilado, al viento entre los espinillos, al rumor del agua que pasaba corriendo a metros de nosotros dos.
Sacudías el recipiente lleno de azúcar y mirabas por la ventana del auto lo verde que se había puesto el universo esa tarde.
Las nubes andaban hinchadas por el cielo. Como una ubre a punto de estallar sobre el camino.

Y vos eras/sos tristeza en estado puro. Tristeza para mí. Tristeza mía...
Y yo no puedo contra esta necesidad impostergable y crónica de abrazarte siempre... Todos los días...cada día.

"Labios de ramas quebradas" (Jorge Boccanera)

Sabemos que el ruido de un río
es el ruido del río,
y que no tiene nombre,
y lo reconocemos.

Es igual que ese nombre
que llamamos tu nombre,
y lo reconocemos,
y es el ruido de un río.

martes, 30 de marzo de 2010

Volátiles



"Tengo un puñado de recuerdos de arena. Entre los dedos con la arena vas vos..." (Fernando Cabrera)
A veces sopla el viento del mar en Buenos Aires.
Y se mete por la ventana de mi cuarto e insiste, insiste que me vaya con él.
A veces se trae consigo toda la arena de Valizas y me insiste me insiste que me vuele con él.

Que no vale la pena esta ciudad tan grande. Que no vale la pena vivir acá...
Con su figura trasnparente no hay problema. Pero cuando se trae los médanos siempre hay disturbios con los vecinos.

¿de dónde sale esta arena? preguntan todos. ¿por qué no se lavan los pies cuando vuelven de la plaza los del octavo? dicen
Un día el viento se trajo dos lobos marinos.
Los dejó en el balcón y se fue, como si nada.
Tuve que contratar un flete que los devolviera.
A veces, ése mismo viento, te trae a vos.
Yo te cebo unos mates y conversamos un rato. Pero después te vas.
Todo se vuelve sin mí.
Todo regresa sin mí.

Yo miro la bruma negra que cubre Buenos Aires.
Y en forma de bruma negra viajo al mar a visitarte.
Y la bruma te insiste, te insiste que te vengas conmigo.
Que no vale la pena vivir allá...
A veces te llevo todos los ruidos de Buenos Aires.
Y ahí sí, tus vecinos, se quejan y te dicen que está prohibido, prohibidísmo ruidear en las orillas...
Un día te llevé la flor metálica de la facultad de derecho que tanto me gusta.
Tuviste que contratar un flete para devolverla.
Y siempre regresamos sin vos.
Todo regresa sin vos.

Y el mundo, a todo se acostumbra, sigue adelante contentísimo, como si fuera fácil.



martes, 23 de marzo de 2010

Pajaritos

"Viaja la voz, que sin la boca, sigue..." Eduardo Galeano
La cosa es así de simple.
Hace muchos muchos años que muchos vienen faltando.
Y no es cuestión de subestimar a la ausencia. A veces lo que no está hace mucho más ruido que lo que está presente.
Yo no quiero que la gente siga faltando. Siga dejando un pedacito de silencio en la cama. En la mesa. En la escuela. En la calle.
La idea es que esas voces que callaron vuelvan a decir.
A decir como Paco, como Rodolfo, como Héctor, como Miguel Ángel, como Haroldo...
A decir como los que no fueron ellos y tuvieron voces igualmente importantes.
Me parece imprescindible reivindicar la voz.
Si faltan sus huesos. Si faltan sus ojos. Sus manos. Su cuerpo. Que viaje la voz.
Que vuele como un pajarito hasta el fin de los tiempos.
Que vuele como un pajarito contra el olvido.
Contra la injusticia. La tristeza. La melancolía.
Mañana marchemos/hablemos por los que no pueden hablar.
Hablemos/marchemos por los que ya no tienen labios para besar y para contar.
Ni cuerpo para andar.
Nosotros estamos vivos.
Y no es un tema menor.
Nosotros estamos vivos.
Pero ¿Qué hacemos para justificarlo?
24/03 MARCHA DE CONGRESO A PLAZA DE MAYO 15 HS.
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

viernes, 19 de marzo de 2010

Guayaba




Hoy me levanté triste.

Por suerte. Por esa suerte inmensa que de casualidad a veces llega a la vida de uno, habia dulce de guayaba.

Y entonces le dije hola al dulce de guayaba, y nos sentamos los dos a desayunarnos y a escuchar a Cabrera. Y afuera. Afuera Buenos Aires húmeda y silenciosa y pesada.

Y acá...yo, Cabrera y la Guayaba. El té tibiecito. La palabra.


Hoy me levanté sin ganas de nada. Por suerte la guayaba me puso agua a calentar. Me preparó las tostadas. Me dijo Buenos Días. Me acompañó al puesto de diarios en donde comentaban todos de la escapada del hijo de Grimau del sanatorio...


Y nos sentamos en la mesa pequeña.

La mañana está vacía.

Un amigo me llamó desde microcentro desayunando humo y con ganas de vernos.

Pero hoy me levanté sin alas.

El olor de la guayaba me hace viajar a la casa de mi abuela.

Abro el diario.


Me lleno de infelicidad ajena.

Como otra tostada y envidio envidio como loca a Gabriel Celaya.
"Buenos días" Gabriel Celaya
Son las diez de la mañana.
He desayunado con jugo de naranja,
me he vestido de blanco
y me he ido a pasear y a no hacer nada,
hablando por hablar,
pensando sin pensar, feliz, salvado.
(...)
Respiro despacito, muy despacio,
pensando con delicia lo que hago,
sintiéndome vivaz en cada fibra,
en la célula explosiva,
en el extremo del más leve cabello.
¡Buenos días! ¡Buenos días!
Lo inmediato se exalta. Yo no soy yo y existo,
y el mundo externo existe,
y es hermoso, y es sencillo.
¡Eh, tú, gusanito! También hablo contigo.
¡Buenos días, buenos días!
También tú eres real. Por real, te glorío.
(...)
Me averguenza pensar cuánto he mimado
mis penas personales, mi vida de fantasma,
mi terco corazón sobresaltado,
cuando miro esta gloria breve y pura, presente.
...
...y envidio como loca a Gabriel Celaya...

jueves, 18 de marzo de 2010

Y venías con la intención de hablar en serio...


No sé.

No sé en dónde reside la magia.

Si tiene un nido acá cerca de casa, que se llena de miguitas y de viento.

No sé.

Pero ayer la magia toda entera se vino con vos en bicicleta.

Y la lluvia no nos acobardó. No nos dio miedo la lluvia para salir a decirnos.

Algo en la palabra nos urgía, y a su vez se nos escapaba de las manos...hace años que es así. Un ir y venir en los abrazos y en las historias. Un tímido reencuentro constante.

Ya sé, ya sé. La vida sigue estando llena de adioses. Pero lo nuestro son los reencuentros. Lo nuestro es magia. Hace años que lo nuestro es magia.

Hace años que somos sutiles pasajeros del aire.

Hace años que nos sabemos cerca todo el tiempo.

Y que nos importamos de sobremanera.


Pero ayer apareciste y yo me puse mi mejor sombrero y salimos entre las olas que andaban por calle venezuela. Le pusimos aceite al motor y salimos entre los relámpagos. Nada nos acobardó. Nada nos detuvo. Nada nunca deja de mantenernos juntos.


Seguirá pasando el tiempo, seguro.

Habrá más guerras de hielos, de manzanas, de yerba.

Habrá más guerras de las verdaderas, llenas de grito y de sangre.

Habrá más separaciones que reencuentros, y más penas, y más olvidos.

Y yo seguiré viviendo en la distancia, en la ventana de un bar entrando con el viento, en una bicicleta andaré buscando lo que no conozco.


Andará la magia siempre entre nosotros.

La manera profunda de mirar el río.

La sonrisa gigante que ocupa todo el mundo, que hasta a veces ahoga.


Andaremos juntos, si para eso andamos. Para eso seguimos andando...

viernes, 12 de marzo de 2010

Peces




Sabíamos, estábamos seguros, de que no éramos personas, sino peces.

Teníamos una maldita obsesión por el agua.

Comprábamos cuanto pez encontrábamos en la calle. Peces de mimbre en el mercado de Tigre, de hierro en Valizas, de madera en el Parque Lezama, de vidrio en plaza Francia, de papel maché en la feria del Uritorco. De arroz para tardes hambrientas...

En nuestra casa ya no había lugar para nosotros.

Nos dábamos besos de escama y de agua.

Cuando nos faltaba el aire. Subíamos los dos a la bicicleta amarilla. Yo me sentaba en el manubrio y me sentía ET en su viaje hacia la muerte. No te daban las piernas para pedalear con tanta velocidad en la carrera, y nos acercábamos al río. Y metíamos los pies con toda urgencia y entonces la vida volvía a nosotros, el alivio, una inyección de morfina, un tiempo más en la ciudad...

Nos dábamos besos de escama y de agua.

A Neruda le hubiéramos caído bien, me decías. Nos hubiera invitado a cenar. A mirar sus mascarones, a tocar el tambor, a probar el mar.

A Neruda le debe haber pasado lo mismo. Debe haber sido de raza pez. Como vos y como yo. Me decías.



Una tarde entramos a un localcito sobre Cabildo y nos hicimos un tatuaje en cada tobillo.

Un pequeño pececito negro. Ínfimo. Imperceptible.

Para que cuando nos lleve la corriente nos sepamos recordar, dijiste...



Y la corriente nos llevó. Lejísimos.

La casa que fue nuestra ya no tiene peces. Tiene soledades. Tiene humedades negras en el techo que se mueren de nostalgia y de aburrimiento. Tiene ventanas cerradas que ningún viento acaricia. Una pava que chifla y que ya nadie escucha...



Y ojalá te quede algo de mí, pienso.

Y ojalá te quede algo de mí, digo.

martes, 9 de marzo de 2010

Caras

La niña J nos dice que todas las personas tienen caras de animales. A mi amigo Juan le encuentra cara de oruga. Hola oru le dice. Oru esto Oru lo otro...
A mi me dice que tengo cara de pájaro. Cara de gaviota. Hola gavi me dice. Chau gabi/gavi. Hola gabi/gavi..
Todas las personas que quiero tienen cara de perro.
Algunas de alegre labrador. Otras de pichichu andador.
Pero hay una. Hay una que tiene cara de lobo salvaje y enojado, y que le tiene mucho pero mucho miedo al amor. A esa única, a esa solita, ya no le abro mi corazón...

domingo, 7 de marzo de 2010

Vos de entre las ramas

"Sin nosotros o con nosotros
lo dulce seguirá viviendo
y es infinitamente vivo,
eternamente redivivo,
porque en plena boca del hombre
para cantar o para comer
está situada la dulzura" (Pablo Neruda)

Apareciste así, de pronto, como todo. Apareciste de la nada. Y una, que anda a veces llena de expectativas y de esperanzas, con vos, no tenía ninguna.
Eras así. Como una película de ésas que una va a ver por la única razón de que anda con tiempo o anda sin programa, y pasa por la puerta del cine, y mira los horarios, y ve cual le queda mejor a ese momento y entra.
Eras una película así.
Eras un disco de ésos que una nunca jamás se hubiéra comprado, y viene un amigo feliz para tu cumpleaños y te trae de regalo, ése disco, ése justo envuelto en papel brillante y una gracias gracias pero no le gusta nada ese regalo, por prejuicio quizás, pero nada.


Eras así.



(Una mujer ayer en el Parque Rivadavia nos ofreció unas telas que había encontrado para que las usemos en algo. Dijo que eran unas telas hermosas maravillosas casi mágicas. Estuvo buscándolas un buen rato dentro de sus numerosas bolsas, con nosotros ahí, casi metidos adentro de sus trastos y cuando las encontró...puf...sacó un moño dorado tipo navideño horrible...)

Pero vos.

Yo no tenía la cabeza adentro de nada esperando algo bonito.
Pero vos.
Yo no esperaba que nada sucediera entre tus brazos.
Pero vos.
Yo tenía la cabeza y el alma en otras cosas.
Pero vos,
lindo vos, que apareciste como una brisa, manteneme cerca, así, de la belleza, de la tonta alegría, de tu sencilla vidita descalza...que ahora sí conozco y ahora sí me importa.