miércoles, 26 de agosto de 2009

Despedida


Me desprendo. Yo desafío la felicidad de tenerte y me desprendo. Lejos quedan tus ojos tristes. Tu mano manita manito saludando en la vereda. Yo me desprendo retando la suerte. Nadie sobre Sarandí lo entiende. Te solté. Te solté despacito cuando aparecía la siesta detrás de las ventanas. Bailando. Bailando me quedé el chucu chucu del barrio de Monserrat. Buenos Aires es el barrio de Monserrat y yo soy un espejo de sus baldozas. Me desprendo y te vas. Claro que sonreímos. Hace una hora la despedida era todo un llanto. Ahora nos dimos cuenta. Nos dimos cuenta que lo que se quiere se suelta a veces para dejarlo moverse. Y deja escapar una lágrima, dos, pero enseguida arranca vuelo. Tu manita manecita me saluda y otra vez tenés la sonrisa. Qué lindo poder mirarnos a los ojos contentos. Siempre se vuelve a estar feliz. Sin explicaciones. Sin porqueses. Siempre se vuelve a estar bailando, y todas las cosas bailan con uno para emborrachar el universo.

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